El sector asegurador cerró marzo del 2022 con un patrimonio bajo gestión de 252.942 millones de euros en el ramo de vida y pensiones, un 3,42% más que un año antes, con un ligero descenso en el ahorro de seguros de vida y un notable incremento del patrimonio de planes de pensiones, según los datos recogidos por la patronal aseguradora Unespa.
Los seguros en España tienen una capacidad de crecimiento notable. Es el sexto a nivel europeo y tiene una gran capacidad de crecimiento en el futuro. Para las entidades bancarias es uno de los negocios más destacados.
Según nos explica Carlos Lluch, socio director de Lluch & Juelich, Correduría de Seguros, esta es una actividad bastante litigiosa, entre la aseguradora y el asegurado, sobre todo a nivel de exclusiones donde se genera la polémica.
“Los contratos siguen siendo complejos y no siempre uno se entera de lo que está firmando realmente, por eso es importante asesorarse bien antes de suscribir cualquier póliza de seguros”.
Este experto reconoce que la pandemia ha supuesto un antes y un después para el sector asegurador, que han modificado su negocio de forma notable “todo estaba paralizado, hay muchas actividades que han sufrido; ahí el papel del seguro ha sido el de respaldar en muchos casos estos perjuicios. Al mismo tiempo, se han endurecido las condiciones para suscribir todo tipo de productos de seguro”.
Lluch señala que la expansión del teletrabajo ha incidido en la vulnerabilidad de los datos “se sale del espacio protegido de los servidores de la compañía y empiezan los problemas de vulnerabilidades. Eso ha hecho que el negocio de ciberriesgo, a nivel de seguros, esté sufriendo mucho, simplemente porque se han multiplicado los ataques y su intensidad”.
Otras cuestiones como el cambio climático, la guerra de Ucrania y la falta de microchips, han hecho que las compañías de seguros y reaseguradores “estén bajando la capacidad, si antes era fácil lograr un seguro de 5 o 10 millones, ahora se llegan a 3 y 5 millones de euros. Menos capital a más precio, con mayores exclusiones y mayores franquicias. Asimismo ciertos sectores hallan grandes dificultades para asegurarse”.
En esas pólizas “han aparecido exclusiones de epidemias y pandemias y exclusiones de ciberriesgo donde no las había. Los ciberriesgos no se cubren con una póliza normal sino que requieren que contratemos una más especializada, de mayor cuantía”.
Contratar un seguro de vida
En esta situación, la contratación de los seguros de vida se ha incrementado de forma notable “es necesario un asesoramiento personalizado”.
«Eso de contratar un seguro de vida con dos clics hay que evitarlo. Hay que darse cuenta que el seguro no de vida no es más que un Plan B, si nosotros no estamos por fallecimiento. Hay que calcular muchas cosas”.
¿Cómo elijo el seguro que necesito?
Lluch enumera distintos elementos “como las cargas familiares que tienes, quien trae los ingresos a casa y en qué proporción. En el caso por ejemplo de una pareja que ingresa cada uno el 50 por cien, si fallece uno de ellos, los gastos corrientes de la familia no se dividen por dos, al contrario, habrá que asumir muchos de ellos de forma íntegra con un solo sueldo”.
El seguro de vida que se hace debe ser muy personalizado “estudiar bien todas las cláusulas. Todo depende de las condiciones de esa familia, de su patrimonio y desde luego de la composición de la renta. No es lo mismo si la renta está muy repartida o si hay una fuerte dependencia respecto de la persona que se hace el seguro”.
¿Qué conflictos pueden surgir con el seguro de vida?
Lluch nos indica que “parte de esos conflictos son las exclusiones que no han sido informadas al contratar el seguro. Ahí el procedimiento es reclamar a la aseguradora… pero el asunto puede acabar en vía judicial en algunas ocasiones.
Este experto recuerda que hay que tener cuidado “si contratamos ese seguro en sede bancaria porque ahí pueden surgir los problemas. En algunas ocasiones el empleado del banco declara condiciones falsas en las declaraciones de salud, una fecha de nacimiento menor que la real o cambios en la profesión para colocar el seguro”.
Desde su punto de vista “Es necesario declarar bien la profesión y las condiciones de salud. Falsear los datos puede generar un problema grave. Habitualmente para ciertos capitales hay que pasar unas pruebas médicas en una clínica. Es una evaluación médica que se hace cuando se supera un determinado capital que es variable de una aseguradora a otra”.
¿Qué cubre el seguro de vida?
Este experto también indica que el seguro de vida tiene dos grandes coberturas, una es la muerte que es un riesgo binario, donde no hay situación intermedia. Luego hay otro elemento importante que es la incapacidad o invalidez que puede venir dada por un accidente o una enfermedad sobrevenida.
“Lo importante es tener claro qué buscamos con el seguro y realmente qué necesitamos e intentar solventar las necesidades de esta persona”, comenta.
A nivel de incapacidad, Lluch recuerda que la incapacidad permanente supone que no hay vuelta atrás y la absoluta que uno queda incapacitado para cualquier trabajo. Ante una incapacidad permanente hay que buscar un seguro que contribuya a mejorar nuestros ingresos.
¿Qué exclusiones tiene el seguro que contrato?
A este respecto este experto nos señala que hay pólizas que solo cubren el territorio nacional, “si es alguien que va a viajar debe buscar otro tipo de seguros más, acorde a sus necesidades.
También hay exclusiones relacionadas con ciertos riesgos o profesiones “hay algunos seguros que no cubren a policías, guardias jurados o a quien utiliza maquinaria pesada. Podemos estar contratando un seguro que no nos va a servir y no nos dará cobertura”.
Las exclusiones también tienen que ver con las pandemias y epidemias “en el caso de discapacidad y enfermedades crónicas hay dos Disposiciones Adicionales, la cuarta y la quinta en la Ley de Contrato de Seguro que le prohíben a la compañía discriminar a las personas con discapacidad o con una enfermedad cronificada”.
¿Qué sucede si tengo una enfermedad grave?
En el caso de una persona con cáncer “la compañía de seguro debería informarle previamente que durante cierto tiempo no podrá asegurarle, pero una vez con marcadores limpios no podrá ser discriminada”.
Sobre cómo actuar en este momento , Lluch recomienda que “esta es una práctica abusiva que vulnera la ley. Hay que acudir a la autoridad de consumo de la Comunidad Autónoma y denunciar a la compañía de seguros. Eso debería obligar a que hicieran el seguro.
“Sin embargo este es un tema complejo porque en la práctica las aseguradoras excluyen de forma generalizada o establecen recargos en estas primas de seguro. Lo hacen todas, es un tema complicado: la práctica de las aseguradoras es excluir”, indica.
Seguros de vida asociados a aplicación móvil
Hay que tener cuidado si contratamos el seguro y hay una aplicación móvil que controla la actividad. Vamos a estar monitorizados todo el tiempo. Hay que tener en cuenta que la mayoría de compañías de seguros de este país, tienen activo el artículo 22 de la Ley de Contrato de Seguros en sus contratos.
“Eso significa que con un preaviso de dos meses de antelación nos pueden echar de la compañía de seguros si nuestro comportamiento indica que no somos rentables”.
¿Qué sucede cuando hay un cambio de salud del asegurado?
Otra cuestión a tener en cuenta son los cambios que puede tener el usuario en materia de salud. «Según el artículo 11 de la Ley de Contrato de Seguro modificado no tenemos obligación de comunicar cambios del estado de salud a la aseguradora y además de ello tampoco puede la aseguradora aplicar un recargo o echarlos de la compañía como asegurado”.
¿Hay algún tope de edad para hacernos seguro de vida?
Sobre esta cuestión nuestro experto destaca que “en principio no hay tope. Una persona con 70 años que tenga un patrimonio importante, debería poder contratar un seguro de vida entera o temporal. Hay aseguradoras que aceptan asegurados de 85 años, pero no son muchas. Eso sí, hay que pagar una buena prima”.
¿Por cuánto hacemos el seguro de vida?
En la actualidad, el capital medio de un seguro de vida ronda los 30.000 euros. Esto significa que cuando uno fallece el dinero que haya pactado con la compañía de seguros se abona a sus herederos o a quien haya previsto.
Lluch señala que en España “hay mucho seguro de vida que está asociado a obligaciones de las empresas con sus trabajadores. También hay algunos incluidos en las tarjetas de crédito. Suelen ser capitales pequeños que lo que hacen es bajar la media, eso es lo que hace que esa cifra media ronde los 30.000 euros.
Por @LuisjaSanchez, Periodista Jurídico.