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Los retos del 2021 para la abogacía de los negocios

Guillermo Marcet, responsable de Tax & Legal de Michael Page

El 2021 promete, sin lugar a dudas, en cuanto a emociones fuertes se refiere en el sector legal. Inmersos de lleno en plena vorágine originada por la pandemia global que nos azota, el sector afronta numerosos retos para el curso que acabamos de empezar.

2020 ha sido un punto de inflexión en cuanto a la modernización de muchas estructuras hasta ahora arcaicas con el teletrabajo como novedad más destacada. Los proveedores de servicios jurídicos, hasta ahora ajenos a la integración de la tecnología en sus procesos, han acelerado la transición de lo analógico a lo digital de forma notable, y obligada, claro está. 

Remarcar, respecto a ello, el uso de herramientas de automatización de contratos (que implica que despachos con menos personal puedan competir de tú a tú con firmas con mucho más capital humano), la Inteligencia Artificial y el Procesamiento del Lenguaje Natural (PNL), que pueden otorgar una ventaja competitiva para quién los incluya en sus procesos. 

La cantidad de ERTE’s declarados durante los primeros meses de la pandemia obligaron a que muchas firmas rearmarán sus departamentos especializados en derecho laboral con el fin de dar respuesta al alud de encargos de muchos de sus clientes de modo que éstos fueron los abogados “estrella” del pasado año. 

El valor de su trabajo con una carga abrumadora puede equipararse, salvando algunas distancias, al de personal sanitario, transporte y otros servicios esenciales que vivieron meses de auténtica pesadilla. 

Asimismo, si en el ejercicio precedente los despachos redujeron sus plantillas, parece que la dinámica para el año que acabamos de empezar será de sostener las estructuras actuales intentando mantener y/o aumentar su rentabilidad.

No se advierten, en este sentido, grandes fichajes salvo en posiciones estratégicas (esto es, socios y/o equipos con cartera) que contribuyan al crecimiento inorgánico de la firma de destino. 

Entre bambalinas, eso sí, se está cocinando el aterrizaje de algunos operadores anglosajones con el objetivo de competir de tú a tú con los despachos mid-high market internacionales de la mano de integraciones de despachos locales como ha ocurrido en anteriores años (ej; Andersen, RSM, ETL Global, Fieldfisher, DWF, por nombrar algunos de los más recientes).

La que parece la definitiva irrupción de los ALSP (o proveedores alternativos de servicios jurídicos) como lawyers for projects, Axiom law y Attolón, puede reconfigurar el sector tal y como lo conocemos si nos basamos en lo ocurrido en el mundo anglosajón en el que éstos van ganando cuota de mercado en post de los despachos más tradicionales.

Veremos cómo las firmas de toda la vida se adaptan a la propuesta de los ALSP en cuanto al rate abogados experimentados de reconocido prestigio a honorarios entre un 40% y un 60% más ajustados. 

Curioso, aunque no sorprendente, es el interés que el sector jurídico español ha despertado en algunos fondos de inversión que observan un potencial foco de rentabilidad al corto, medio plazo.

Acaso sea el caso más mediático el iniciado por Systema Capital (fondo de litigación o Third Party Funding, por sus siglas en inglés) por el juicio del cartel de los camiones (escogieron a Andersen Tax&Legal como proveedor en España). Su propuesta consiste en cubrir el montante de toda la defensa jurídica (incluido trabajo de peritos, auditores y otros especialistas a cambio del 30% de la indemnización conseguida en caso de ganar el pleito. 

Con todo, en un sector de plena madurez en nuestro país, los distintos operadores deberán hacer frente a las mencionadas situaciones además de seguir poniendo el foco en el marketing jurídico y el desarrollo comercial, disciplinas que vienen pisando fuerte desde hace más de un lustro y que vienen a confirmar que los servicios jurídicos no son un ente ajeno a la gestión de cualquier otro negocio en cuanto a su forma de exponerse al mercado. 

Bio:

*Guillermo Marcet (Barcelona, 1988) es Licenciado en Derecho y Máster en Marketing y Dirección Comercial.

Desde 2014 es el responsable de la división Tax&Legal en la firma multinacional de Headhunting, Michael Page para las áreas de Cataluña, Baleares y Andorra, compaginándolo con una labor docente en el Instituto Superior de Derecho y Economía donde imparte un módulo de venta consultiva. 

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