Entrevista Ana Criado experta en mediación, Presidenta Asociación Madrileña de Mediadores
Hablar de mediación en nuestro país es hacerlo de Ana Criado una de las referencias del desarrollo de este método extrajudicial en nuestro país
Ana es Miembro del Comité Científico del Centro de Mediación, del Ilustre Colegios de Abogados de Madrid. Mediadora del Centro de Mediación, del Ilustre Colegios de Abogados de Madrid. Mediadora del centro de Mediación y solución de conflictos CEMED. Mediadora inscrita en el Registro de Mediadores del Ministerio de Justicia.
Al mismo tiempo es Presidenta y fundadora de la Asociación Madrileña de Mediadores y formadora de mediadores familiares en Mediación Familiar Internacional
Es docente de los principales cursos de mediación en nuestro país, en entidades como iSDE, Colegio de Abogados de Madrid de Lorca y en las principales Universidades españolas como la Universidad Complutense o Carlos III de Madrid.
En su opinión “ los grandes prescriptores del conflicto, es decir los abogados, no han entendido la mediación y nos ven como sus enemigos, creen que les vamos a quitar clientes”.
Para Criado, “ creo sinceramente que los profesionales de la abogacía y los de la mediación necesitamos ir de la mano. Nos complementamos perfectamente. Igual eso tampoco hemos sabido transmitirlo. Nos queda mucho por hacer en la divulgación”.
Da la sensación que asistimos a una vorágine de pleitos provocados por el Covid19 ¿Eso es bueno en estos momentos?
No es bueno, ni es malo es una realidad, acudir a los tribunales es un derecho del ciudadano. Lo malo es que estos nuevos juicios se suman a los que ya estaban antes, por lo que es muy probable que el atasco que ya existía antes empeore, y eso sí que va a ser un drama.
¿Qué papel puede desempeñar los métodos extrajudiciales como la mediación o la negociación en este contexto?
Los métodos extrajudiciales como la mediación o la negociación aportan agilidad, confidencialidad en el caso de la mediación, acuerdos duraderos, protagonismo de las partes en la resolución de sus conflictos, entre otras muchas cosas.
Esperemos que los profesionales de la abogacía sepan aprovechar todas esas ventajas y confíen cada vez más en los métodos extrajudiciales de resolución de conflictos.
¿Cuál es su valor añadido respecto al pleito convencional, realmente?
El ahorro del tiempo es una ventaja inmensa, por no hablar del traje a medida que supone un acuerdo de mediación. El poder adaptar la resolución del conflicto a mi problema, a mi empresa, a mi familia, o a mi comunidad de vecinos es una ventaja real, que ninguna sentencia puede alcanzar.
En una mediación se trata el aspecto jurídico del problema, pero además otros temas que para las partes son también fundamentales: las relaciones futuras entre ellos, lo que esperan el uno del otro, reflexionar juntos sobre los detalles de lo que va a ser, una vez lleguen a un acuerdo para su negocio, familia, empresa, reparto de la herencia, etc… Es muy importante esa reflexión conjunta sobre cómo se quieren ver respecto a ese conflicto dentro de 3, 5 o 10 años.
Es usted partidaria que es mejor un mal acuerdo que un pleito…
Absolutamente. Un pleito tiene como colofón final una sentencia impuesta por un tercero que no te conoce, sólo puede aplicar leyes, y necesita pruebas para darte la razón.
¿Cómo se puede hablar de un mal acuerdo? Si es un acuerdo lo hemos hablado entre los dos, lo hemos pactado. Eso no es perder, es negociar, pensar, cuestionar.
Es más, si uno de los dos decide perder, es muy probable que sea porque le interese, hay personas muy inteligentes que son conscientes de que a veces hay que perder para poder ganar. Cuando se tiene un conflicto, no hay nada peor que ser cortoplacista.
¿Usted que es una de los profesionales pioneros en el desarrollo de la mediación en España, Qué falta para que la mediación arraigue en nuestro país con los buenos mediadores que ya tenemos?
Por un lado, la mediación no es para cualquiera, eso es una realidad. No todo el mundo está preparado para sentarse enfrente de esa parte en la que ya no se confía, que piensas que te ha traicionado y ponerte a escuchar, hablar, entender, trabajar juntos. Es más fácil pagar a alguien para que haga el trabajo sucio.
Por otra parte, creo que los profesionales de la mediación no hemos sabido explicar claramente a la ciudadanía las ventajas de la mediación para su caso concreto.
Hemos pontificado mucho desde los púlpitos, se nos ha llenado la boca de mediación, pero hemos hecho poca calle. Tenemos que aprender a entender qué necesitan las personas, empresas, colegios, etc. y ver cómo la mediación puede ayudarles en cada caso concreto.
Tampoco nos olvidemos que los grandes prescriptores del conflicto, es decir los abogados, no han entendido la mediación y nos ven como sus enemigos, creen que les vamos a quitar clientes.
Creo sinceramente que los profesionales de la abogacía y los de la mediación necesitamos ir de la mano. Nos complementamos perfectamente. Igual eso tampoco hemos sabido transmitirlo. Nos queda mucho por hacer en la divulgación.
Y para terminar, no podemos negar que la mediación es una actividad profesional independiente, no es una profesión. La mediación es siempre esa hermana pobre, de la profesión que escogimos primero. Conozco muy pocos mediadores o mediadoras que se dediquen al 100% a la mediación, porque primero son abogados/as, psicólogos/as, arquitectos/as, etc.
El 80% de su tiempo se lo dedican a su profesión de origen que es la que les da de comer. La mediación no pasa de ser esa actividad que te encanta pero que no te da de comer, por lo que le dedicas el tiempo que te queda. Entiendo perfectamente ese planteamiento, porque con las cosas de comer no se juega, pero ese concepto de la mediación es mi segunda actividad por lo que le dedico el tiempo que puedo, no facilita su .
¿Cómo ven los jueces la mediación en estos momentos, creen que entienden el sistema o siguen teniendo recelos porque les quita autoridad en muchos momentos?
En general, no todos los jueces hablan mucho de mediación y poco de mediadores/as.
En este país siguen existiendo programas piloto de mediación intrajudicial, donde los profesionales de la mediación median GRATIS, eso no parece importarle a nadie, ni a los que imparten JUSTICIA.
Lo curioso es que luego los propios mediadores/as morimos y pagamos, por escuchar a los jueces hablar sobre mediación. Ellos que no median, ellos que no se sientan delante de las partes, ellos que sí cobran, ellos que en un porcentaje muy alto no creen en la sesión informativa/exploratoria obligatoria. En resumidas cuentas: un síndrome de Estocolmo de libro.
Me consta que no he contestado a la pregunta, pero es mi obligación seguir hablando de este asunto: la mediación intrajudicial ejercida GRATUITAMENTE por imposición a los mediadores/as, en ciertos juzgados.
Es partidaria que exista un colegio de mediadores, como hay de médicos, abogados o psicólogos, o como está ahora que cualquier profesional pueda ser mediador?
Yo creo que ya tenemos un colegio oficial de mediadores: el listado de mediadores del ministerio de justicia, no es necesario crear un colegio.
Lo que hace falta es dotar de más medios al registro, preocuparse de los profesionales inscritos, que por cierto en la actualidad cuenta con más de 6.900 de toda España.
Que sea el propio ministerio el supervisor de SUS MEDIADORES/AS. Me da la sensación, de que el Ministerio de Justicia no es consciente de la importancia y del poder de ese listado.
Con una inversión mínima se podría perfectamente verificar y controlar la calidad de la enseñanza y la formación continua de los mediadores. Desgraciadamente no hay voluntad política para ello.
No nos engañemos, un colegio profesional es un conjunto de intrigas palaciegas y políticas. Los profesionales de la mediación no necesitamos eso.
¿Qué consejos daría a una empresa o un particular que desconfíe de la mediación para convencerle que acuda a este sistema extrajudicial?
Les preguntaría si les interesa resolver su conflicto en un plazo razonable. Me interesaría saber si a ese empresario le interesa que sus clientes o su competencia se enteren de sus dificultades.
Me encantaría conocer si realmente la ley cubre todas sus expectativas, y de paso preguntarles si tienen pruebas para demostrar lo que están solicitando. También indagaría en cómo se quieren ver de aquí a un tiempo respecto a ese conflicto.
En resumidas cuentas, les preguntaría más que aconsejarles. Creo que de esa manera podría hacerles entender que con la mediación pueden aspirar a la confidencialidad, a no tener que aportar pruebas si la otra parte no las necesita, y a aspirar a mucho más que lo dictaminado por artículo de cualquier ley y/o código.
Y sobre todo de que serán ellos los que podrán ejercer el control sobre cómo resolver sus conflictos, y de paso ahorrarse mucho tiempo.
Ahora se habla también de juicios telemáticos y de mediaciones online ¿Cree que es el futuro realmente?
No es el futuro, es la realidad. No querer verlo es negar la evidencia.
Por @LuisjaSanchez, Periodista Jurídico
