José Luis Risco, director de RRHH de EY
El Plan Estratégico de Gestión de Talento y Comunicación que puso en marcha EY para afrontar la Covid-19 ha sido puesto por ejemplo del buen hacer y reconocido en distintos foros jurídicos y de recursos humanos.
Gracias a esa iniciativa esta firma de servicios profesionales EY adoptó una rápida respuesta ante la pandemia asegurando la salud y seguridad de profesionales al tiempo que se mantenía la continuidad de la actividad diaria de la Firma prestando el servicio al cliente con la máxima excelencia.
Según los datos recabados por la Firma, el Plan Estratégico de Gestión de Talento y Comunicación Interna ha sido determinante y ha respondido a las necesidades de sus profesionales tal y como se refleja en una reciente encuesta interna.
Según este análisis, el 99% de los profesionales encuestados afirmó que EY demuestra que la salud de los empleados es una prioridad y que ha adoptado las medidas adecuadas para protegerlos, también que el 98% se siente orgulloso de trabajar en la Firma.
Jose Luis Risco, director de RRHH de la compañía nos da su visión de cómo los despachos de abogados están gestionando esta pandemia y cuál es el papel de las personas en este nuevo escenario. “Desde mi punto de vista una firma que no sea más flexible a la hora de gestionar su talento perderá el paso para atraer el mejor capital humano y, por tanto, no se podrá diferenciar de sus competidores”, advierte.
Un año después de la pandemia ¿Qué reflexiones nos puede hacer de la evolución de los despachos de abogados en este entorno?
Los despachos, como la mayoría de las organizaciones empresariales y, sobre todo de servicios profesionales, se han dado cuenta que estaban mejor preparados de los previsto para continuar con la prestación de sus servicios a los clientes y, por tanto, con la continuidad de sus negocios.
Eso ha repercutido en el compromiso de los abogados para con sus organizaciones y fomentar, aun mas, las raíces de la cultura corporativa.
La tecnología, sin el compromiso de los profesionales, no habría servido como solución a este periodo que hemos vivido y que, esperemos, nos queda poco para superarlo.
¿Qué es lo que más le llama la atención de la adaptación de los despachos de abogados a este escenario postpandemia?
Me llama la atención que se vuelva a “rumorear” sobre la necesidad de estar de nuevo 100% en las oficinas.
Se perdería una gran oportunidad de no haber aprendido determinadas situaciones de la época de pandemia que han venido para quedarse, y una de ellas es el trabajo a distancia.
Se ha mantenido la productividad, en algunos casos incrementada, y debería seguir fomentándose que haya modelos de trabajo hibrido, donde el despacho se pueda utilizar para el networking, la formación o el trabajo colaborativo.
¿Cree que las estructuras de despachos y firmas legales son más flexibles ahora y se trabaja de otra manera?
Este no es un tema única y exclusivamente generado por la época de pandemia. Las firmas legales tienen el reto, anterior a la pandemia, de poder tener unas estructuras más flexibles y dinámicas que las que habían tenido hasta ahora.
Queda mucho por hacer, fundamentalmente porque el sector jurídico es muy conservador y, la mayoría de las veces, le cuesta “aplicar” la palabra transformación.
Desde mi punto de vista una firma que no sea mas flexible a la hora de gestionar su talento perderá el paso para atraer el mejor capital humano y, por tanto, no se podrá diferenciar de sus competidores.
¿En este contexto a nivel de las personas, como se gestiona el capital humano de una firma para que se adapte al cambio?
Lo primero que se debería hacer es gestionar bajo el ejemplo. Si la dirección no se cree y ejecuta el cambio es imposible conseguir el objetivo que nos marquemos.
Posteriormente debemos hacer partícipe de los cambios a los profesionales, se tienen que “sentir” parte de ese cambio, para saber el por que y el para que del mismo. El cambio debe ser constante y nunca cortoplacista.
¿Empresas y bufetes han adaptado el teletrabajo como herramienta para tener el negocio abierto? ¿Dónde está la clave para que funcione realmente?
El gran reto con el teletrabajo vendrá cuando acaben las restricciones sanitarias, mientras tanto es un “solución” a las limitaciones de aforo etc.
Hay que pensar que ha sido lo positivo que hemos aprendido en la pandemia para gestionar futuras situaciones de trabajo en remoto, pero el gran reto como decíamos anteriormente, es poder construir modelo de trabajo hibrido para poder ofrecer flexibilidad a los profesionales.
No veo al sector jurídico con muchas ganas de innovar en este sentido y, posiblemente, esperará un tiempo para seguir la estela de otros entornos más atrevidos.
¿Cómo se gestiona en este tipo de entornos, el estress o el trabajar más horas conectado a un ordenador?
Insisto que debemos diferenciar el trabajo a distancia que ha ocurrido durante la pandemia de las nuevas formas de trabajar que tendremos que implementar una vez finalice la emergencia sanitaria.
Eso tiene que suponer que el estrés o estas mas horas conectado a un ordenador se debe acabar, por un lado, porque no es eficiente ni productivo y por otro porque eso generara que los profesionales no quieran trabajar en nuestro despacho.
Hay que tener políticas que se puedan aplicar de manera inmediata en cuanto se detecten cargas de trabajo improductivas, donde el efecto molar será una pérdida de talento.
¿Cómo cree que está evolucionando la relación entre abogado y cliente en estos momentos?
Se están acostumbrado a cambiar la forma en que se relacionan. Los servicios jurídicos tienen una parte emocional a la hora del trato entre cliente y proveedor que con la distancia social y el teletrabajo se ha tenido que ir cambiando.
Nos hemos dado cuenta de que las reuniones presenciales son necesarias pero no siempre eficientes y hay que adaptarse a ese nuevo entorno. Al final hay que mantener la calidad del servicio que se presta y esa es la clave para mantener una relación fructífera.
¿Ve posible que en el futuro las grandes firmas creen sus legaltech para dar servicios a empresas y clientes?
Claro que sí, es algo que ya esta aquí. Hay que encontrar el modelo optimo en cuanto a productividad y modelo de negocio, pero ya está pensando en ello. Esta mas cerca de lo que creemos.
¿Cómo vive el movimiento Inkietos del que usted forma parte estos cambios en la abogacía y en los despachos?
Con mucha pasión, como todo lo que hacemos. Abiertos a plantear nuevos retos en un entorno tan cambiante como el actual.
Por @LuisjaSanchez, Periodista Jurídico