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La tecnología Legaltech, aliada de despachos y asesorías de empresas para ser más eficientes y competitivos

José María Fernández ha convertido a Derecho Práctico, portal del que es fundador, en uno de los referentes para conocer el estado del movimiento legaltech y de la innovación dentro y fuera de nuestras fronteras.  

“Nuestra idea siempre ha sido hablar del legaltech, como herramientas y de sus ventajas aplicadas al sector legal que son muchas. Junto con ello hay ciertas obligaciones que el jurista debe tener en cuenta para sacar partido a esta tecnología legal. Es importante elegir bien la tecnología para sacar el máximo rendimiento posible”.

Desde su punto de vista “un abogado debe ser un buen vendedor de servicios legales y buen comprador de tecnología. Lo primero que debe saber es que quiere hacer con su despacho, hacia dónde lo va a llevar. En ese escenario debe comprobar si sus profesionales son capaces de asumir el reto del legaltech. No es fácil pero es necesario afrontar este reto tecnológico”.

Ahora nos confirma que, gracias a la alianza con  Legal Shake, la consultora  liderada por Laura Fauqueur,  ya se está organizando el Legal Tech Day 2022, el próximo el martes, 29 de noviembre como cita clave del movimiento legaltech en nuestro país.  

“Queremos que este evento ponga en contacto al legaltech con las profesiones jurídicas desde un punto de vista práctico.  Será un evento peculiar. La idea es que los asistentes al mismo vean la tecnología, la toquen y entiendan desde un punto de vista práctico el papel de esta tecnología en el mundo jurídico”.

Según nos comenta las conferencias tradicionales van a dar paso a la puesta en marcha de talleres, corners, con grupos de diez a veinte asistentes. “Se trata de contar con gente que realmente tenga interés en el universo legaltech, un contexto que no deja de crecer”.

Para este profesional “la sensación que hay es que se habla más de la actividad legaltech pero aún se conoce poco su desarrollo real en el sector legal. Este es un grupo en España que ha seguido de cerca la revolución tecnológica que llega desde el mundo anglosajón y muchas profesiones van a tener que adaptarse a estos cambios tecnológicos”.

Al mismo tiempo, constata que “pese a empieza a habar master y posgrados en Universidades y Escuelas de Negocio sobre la materia, curiosamente en el Grado  y en los Máster de Acceso a la Abogacía hay muy poca cosa, algo que llama poderosamente la atención”.

Nuestro interlocutor recuerda una encuesta realizada por el Observatorio de RRHH que dirigen Ignacio Escobar  y Emiliano Cánovas donde se indica, entre otras cuestiones, que los profesionales jóvenes de la abogacía no conocen lo que es realmente lo que se entiende por legaltech.

Desde su punto de vista, “hablar de legaltech es hacerlo de tecnología legal, cuyos primeros antecedentes hay que verlos a finales del siglo XX, cuando primero aparecieron los discos duros, más tarde aparecieron las herramientas de consulta de legislación en Internet. Ahora los dispositivos son más sofisticados y da pie a que la industria crezca notablemente”.

En todo este desarrollo, José María subraya que “la tecnología sin esas competencias previas no sirve para nada y eso frustra bastante. Conocemos el caso de algunos abogados que han invertido un dinero importante en herramientas pero no las han sabido utilizar de forma profunda”.

Competencias digitales necesarias

Por ese motivo, “hablar de legaltech tiene que venir acompañado de una serie de disciplinas que son imprescindibles como contar con competencias digitales, además de que las metodologías desde Legal Design al Legal Project Management son importantes.

Al final, “estas tecnologías suponen aplicar el sentido común a lo que se quiere hacer en un despacho de abogados o en cualquier organización. El paso previo es tener esas habilidades digitales para poder sacar el máximo partido a la tecnología. Así lo ha comentado en varias ocasiones Sara Molina, abogada y experta en transformación digital cuando habla de Personas, Procesos y Tecnología”.

En cuanto a la implantación de estas herramientas legaltech, el fundador de Derecho Práctico subraya que “vivimos un momento en que muchos operadores jurídicos quieren posicionarse en este contexto legaltech. También hay empresas tecnológicas que quieren posicionarse ahí. Lo mismo sucede con las editoriales tradicionales jurídicas que han dado sus pasos en esta actividad, así ha surgido el concepto de Legaltech Advisor”.

José María Fernández Comas, impulsor y fundador de Derecho Práctico.

Respecto a la actividad de los despachos de abogados, este experto resalta el trabajo que realiza Ecix que dirige Álvaro Ecija a través de su laboratorio tecnológico llamado Elix que ha creado herramientas como MIA en compliance muy útiles para reducir los riesgos, junto con otros productos que ya están en marcha.

Al mismo tiempo, detecta el desembarco de multinacionales norteamericanas y de América Latina que quieren desembarcar en nuestro país “ellos abanderan un tipo de herramientas orientadas al negocio, a la automatización y a la revisión y análisis de contratos. El sector está en pleno crecimiento  y empieza a ver operaciones interesantes entre las empresas del sector”.

José Maria vaticina que “es previsible que este sector no alcance los niveles de inversión de otros verticales centrados en Fintech e Insurtech pero si hay mucho interés en desarrollar este tipo de aplicaciones. Unas aplicaciones que ayuden a abogados externos y asesores jurídicos a ser más eficientes tanto a nivel interno como en su relación con el cliente”.

Sin embargo, estas tecnologías son necesarias para que los despachos sean competitivos “es importante elegir bien la herramienta que se va a utilizar y dotarla de la medidas de seguridad adecuadas desde el punto de vista de la ciberseguridad. Hay que darse cuenta que el abogado se juega mucho porque trabaja y trata datos sensibles de terceras personas que suelen ser sus clientes”.

El papel de los ALSP

En este mercado tan competitivo de la abogacía el papel de los  Alternative Legal Service Provider (ALSP), está dinamizando el sector legal. “Aquellos que siguen el modelo de firmas pioneras como Axiom, tienen un talento flexible, con una metodología  clara alrededor del Legal Project Management y son devoradores de tecnología para ser más eficientes”.

En España recuerda que “firmas como Attolon, Ambar o Lawyers for projects siguen esta estela. Son la alternativa a la abogacía tradicional aunque no tengan una red de abogados al uso. Apuesta por el legaltech y también por la metodología, cuestión que es clave para su desarrollo”. 

Y es que operar en un mundo jurídico como el actual sin una apuesta tecnológica clara parece difícil “sin invertir en tecnología es difícil ser eficiente y trabajar desde la mejora para ser competitivo”.

A este respecto recuerda que, “si alguien sabe como ha sido la transformación legal de la profesión esos son los abogados seniors actuales. Ellos empezaron a consultar la legislación y jurisprudencia en papel y ahora conocen los beneficios del uso de Internet para realizar esa misma tarea”.

Respecto al futuro de las herramientas legaltech “es previsible que en este horizonte en el que hay tanta oferta en estos momentos se produzcan distintas integraciones empresariales y fusiones”.

Por otro lado, es clave que las Universidades se decidan a formar a los futuros profesionales en el conocimiento de las herramientas. Debe haber un hueco en los planes docentes para hablar de legaltech. Creo que todas las carreras, fuera del ámbito jurídico deberían contar con este aporte tecnológico. Ello ayudaría a que el cambio legal que lideran ALSP y boutiques jurídicas fuera más rápido”.

De cara a la elección de una tecnología legaltech para nuestro despacho o asesoría jurídica interna, José Maria  subraya que “la implementación de estas herramientas pasan por tener claro qué queremos hacer en nuestro despacho y cuál es nuestro modelo de negocio. A partir de ahí hay que elegir la tecnología adecuada a sus necesidades. La oferta es muy amplia pero hay que elegir bien”.

Por @LuisjaSanchez, periodista jurídico y José María Fernández, socio director y fundador de Derecho Práctico

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Foto de JJ Ying en Unsplash

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