Vinculada al mundo jurídico desde hace más de quince años, Laura Fauqueur es una convencida del valor añadido que ofrece la tecnología a los despachos de abogados. Esto hizo que la Universidad CEU IAM la eligiera como directora académica de su Master Legal Tech que ya prepara su segunda edición.
Desde su punto de vista “estas alturas de la pandemia no hace falta argumentar mucho para convencer al lector de la necesidad imperiosa de formarse en tecnología… y el conjunto de tecnologías que transforma nuestro sector es la legaltech”.
A su juicio “las formas de trabajar, de relacionarse, y de prestar servicios han ido cambiando a lo largo de los últimos años, y estos últimos meses se ha ido acelerando la tendencia, hasta tal punto que ahora ya no se contempla que se puedan hacer sin tecnología”.
También nos señala que “el perfil de abogado que se busca ya está cambiando. Ya no solamente se valoran profundos conocimientos jurídicos, la capacidad comercial y los idiomas, sino que también se evalúa la capacidad de adoptar tecnología, el espíritu emprendedor, la búsqueda de la mejora permanente, la adaptación al cambio, etc.”
Su perfil:
“Desde sus inicios soy Directora del Máster en Legal Tech de la Universidad CEU IAM, tarea que compagino con la de consultora en innovación y transformación (digital). Otra actividad que ejerzo es la de facilitadora de Design Thinking y experta en estrategia y marketing jurídico internacional.
También desempeño la labor de profesora en programas relacionados con Legaltech (CEU, CEU IAM, Universidad Complutense), ponente en congresos nacionales e internacionales sobre legaltech y legal design (Legal Design Summit, Legal Geek, Legal ®evolution, Legal Hackers Global Summit, etc.).
A nivel institucional soy cofundadora de Legal Hackers Madrid. Miembro de Inkietos, Avotech, Acijur y WLW. Anteriormente cofundó el Instituto de Innovación Legal y fui directora de marketing y comunicación de Yingke Adarve Law Firm.
Licenciada en Filología Inglesa y Traducción por la Universidad Rennes 2 (Francia) empecé mi carrera como intérprete y traductora en los tribunales después de un Máster en Interpretación de Conferencias”.
¿Podría hacernos un balance de este primer Master en Legaltech que ha organizado el CEU IAM y del que usted ha sido su directora académica, que ahora tendrá una segunda edición en octubre?
Esta primera edición ha sido una aventura intensa pero apasionante, gracias a todas las personas que intervinieron en ella, tanto el profesorado – más de 70 profesionales – como los alumnos – 12 juristas visionarios – y el gran equipo que conforma el CEU IAM.
El balance de esta primera edición es tremendamente positivo, pues esta formación viene a dar respuesta a una necesidad clara del mercado legal y de los juristas de aprender de tecnología con 2 propósitos: conocerla de primera mano para así poder adoptar de ella todo lo que mejore su trabajo diario tanto a nivel de calidad como de eficacia, estrategia, etc.; por otra parte, llegar a tener un conocimiento y manejo lo suficientemente técnico como para poder reflexionar y fundar criterio sobre los aspectos legales que conlleva el uso de estas tecnologías.
Prueba del éxito de esta formación es que varias empresas y despachos de abogados han buscado – y encontrado – entre nuestros aventajados alumnos los profesionales idóneos para acompañar o liderar la transformación digital de sus organizaciones.
Aparte de la tecnología en sí y los aspectos jurídicos vinculados, también se han estudiado las metodologías que permiten implementarla y trabajar mano a mano con los profesionales del ámbito tecnológico, ingenieros, programadores, etc.
Por supuesto, como cualquier primera edición, hay un margen de mejora, y pretendemos que la segunda edición sea aún más exitosa y provechosa para nuestros alumnos.
¿Por qué los abogados y abogadas de nuestro país deben formarse en legaltech?
¿Por qué no deberían hacerlo? Creo que a estas alturas de la pandemia no hace falta argumentar mucho para convencer al lector de la necesidad imperiosa de formarse en tecnología… y el conjunto de tecnologías que transforma nuestro sector es la legaltech.
Las formas de trabajar, de relacionarse, y de prestar servicios han ido cambiando a lo largo de los últimos años, y estos últimos meses se ha ido acelerando la tendencia, hasta tal punto que ahora ya no se contempla que se puedan hacer sin tecnología.
Y cuando hablo de las relaciones, no solo me refiero a con los clientes, también con la administración, los colaboradores, etc. Cada vez hacemos más vida digital, por lo que las necesidades jurídicas también lo son.
¿Qué es lo más complicado de entender para estos profesionales sobre la práctica de legaltech?
Que lo más importante en la tech en general, y en la legaltech en particular, son las personas, antes de las propias herramientas… las personas deben estar en el centro de cualquier adopción tecnológica, de cualquier desarrollo tecnológico, etc.
Muchas transformaciones digitales han fracasado por culpa de las personas y al revés, todos los casos de éxito son gracias a ellas. La gestión del cambio no debe menospreciarse.
Otro error muy común es pensar que con buena tecnología, no hace falta tener buenos profesionales. La tecnología viene a complementar y apoyar a las personas, pero no a prescindir de ellas.
Por otra parte, es una pena que tantos abogados consideren la legaltech como un mal necesario. Tiene aspectos muy positivos y abre un mundo de posibilidades (y de negocios) a quienes la sepan aprovechar.
Usted también asesora despachos de abogados internacionales y redes globales de bufetes, ¿Cómo han encajado estos profesionales su acercamiento al legaltech?
Las alianzas y asociaciones internacionales para las que trabajo suelen tener una doble necesidad de cara a la legaltech:
Por una parte, quieren facilitar a sus miembros – sean esos despachos de abogados u asociaciones nacionales – un acercamiento a las soluciones legaltech que existen en el mercado internacional, fomentando el intercambio de experiencias y buenas prácticas entre ellos, y facilitando su compra o incluso desarrollo si es necesario.
Por otro lado, quieren encontrar de qué forma la legaltech aporta más valor a los servicios que ellas mismas prestan, y apoyarse en ella para crecer y hacer evolucionar su papel en un mundo cada vez más internacional a pesar de los acontecimientos de los últimos meses… y de los que están por llegar.
Aún no existen muchas soluciones legaltech específicamente diseñadas para alianzas internacionales, el campo está aún muy virgen… Lexmundi ha sacado una herramienta global hace un par de meses y creo que otras alianzas se pondrán manos a la obra muy pronto.
¿Cómo cree que va a cambiar el asesoramiento legal de los despachos, una vez incorporen herramientas legaltech en sus estructuras?
Le voy a decir como quiero que cambie, pues cómo va a ser, no lo puedo predecir, aunque sí intuir: a medida que los despachos incorporen herramientas legaltech, y pasada la fase de adaptación para los equipos (que puede ser bastante indolora si se hace bien), mejorarán en eficacia y calidad del propio trabajo, aumentando también la colaboración entre sus equipos y sus propios clientes.
Buscarán dónde está el valor que realmente aportan y tratarán de desarrollarlo más y venderlo mejor.
¿Es posible que algunos bufetes opten por crear nuevas marcas más volcadas a la tecnología para así aprovechar mejor el potencial de la tecnología legaltech?
Totalmente, y de hecho es el caso de varios despachos y consultoras, que ya se han lanzado a crear otras marcas para aportar servicios jurídicos más tecnológicos a sus clientes – sean los mismos u otros nuevos, como por ejemplo Konexo en Eversheds, y Deloitte que acaba de anunciar el lanzamiento de su Legal Business Services en los EEUU.
Respecto a la selección de profesionales ¿Cree que el asentamiento de las herramientas legaltech puede modificar el perfil de abogado que busquen los bufetes?
Así es. El perfil de abogado que se busca ya está cambiando. Ya no solamente se valoran profundos conocimientos jurídicos, la capacidad comercial y los idiomas, sino que también se evalúa la capacidad de adoptar tecnología, el espíritu emprendedor, la búsqueda de la mejora permanente, la adaptación al cambio, etc.
¿Cómo ve el futuro a corto plazo con el coronavirus y los rebrotes acechando? ¿Qué deben hacer los despachos para adaptarse a este nuevo escenario de incertidumbre?
Si ya había mucho que mejorar para que la justicia sea del todo accesible, la situación actual incrementa esta necesidad y es un problema al que nos debemos enfrentar todos, pues somos los únicos que podemos ayudar a que la situación mejore.
Y está claro que, sin la ayuda de la tecnología, no lo lograremos. Eso vale para los despachos, pero también para los demás negocios.
Por @LuisjaSanchez, Periodista Jurídico.