Entrevista José María Fernández Comas, director de Derecho Práctico
Nunca un nombre estuvo mejor acomodado a una actividad. Derecho Práctico es uno de los portales de referencia en el mundo legaltech dirigido por José Maria Fernández, un profesional que conoce el sector legal desde todas sus vertientes.
Desde este portal, el interesado puede encontrar la información que necesita tanto en gestión del despacho, legaltech y habilidades de la abogacía.
La guía Legaltech, se ha convertido en el Marketplace de referencia que pone en contacto a juristas con proveedores de información y tecnología legales y de Abogacía, programa de eventos formativos para estudiantes de Derecho y abogacía joven.
Esta entrevista nuestro interlocutor pasa revista a la situación del sector legal en nuestro país donde los ALSP, firmas alternativas jurídicas están apretando mucho y desarrollando otra forma de entender la abogacía.
¿Cuál es el estado de legaltech en nuestro país? ¿Cómo ha afectado la pandemia del Covid en su desarrollo?
A modo de paralelismo, y aunque la tecnología legal existe desde hace mucho tiempo, podría decirse que en los últimos años hemos asistido a una especie de big bang que ha creado un universo legaltech con mucha energía y de forma desordenada.
Sin duda, la fuerza de la gravedad, es decir, el peso de la realidad, pondrá las cosas en su sitio, pero está claro que, al igual que el nuestro, este universo legaltech está en franca e imparable expansión
La pandemia puede haber acentuado ese efecto gravitatorio. En algunos casos, para consolidar proyectos que han ayudado mucho al sector durante el confinamiento. Y en otros, propuestas inmaduras y desvinculadas de las necesidades reales de los juristas han desaparecido.
Usted ha editado la Guía Legaltech este 2021. ¿Qué novedades ofrece respecto a otras ediciones?
Hemos incorporado este año un espacio para los chatbots legales, una herramienta en plena efervescencia, que ha gozado del favor de los despachos al estar estrechamente vinculada a la orientación al cliente. Por otro lado, hemos publicado las opiniones de reconocidos juristas de España y LatAm que han tenido a bien compartir con nosotros sus predicciones sobre el ecosistema legaltech.
También hemos tenido la suerte de contar con el apoyo de INCIBE al e-book de nuestra Guía Legaltech, algo muy significativo porque si creemos que la gestión legal, y especialmente la gestión del conocimiento, debe ser piedra angular de despachos y asesorías jurídicas, preservar y proteger ese conocimiento, tanto al crearse como al compartirse, debe convertirse en la misión principal de la organización.
Hicimos esta Guía Legaltech para poner en contacto a juristas con la industria legaltech, y hemos tenido mucha suerte porque la acogida ha sido fantástica. Creemos que la mejor forma de tangibilizar ese contacto es a través de un evento presencial.
Y por ello quiero compartir con los lectores del blog de LexGoApp (muy adecuado dar esta primicia en el blog de una innovadora y exitosa legaltech) que el 21 de octubre queremos celebrar Legal Tech Day, de forma presencial y online, en la sede de una universidad pública (concretamente UNED) y con la inestimable asesoría de nuestra admirada Laura Fauqueur, embajadora en España de ELTA y directora del Máster Legaltech de CEU IAM.
¿Cree que en el futuro el modelo tradicional en las firmas con cierta jerarquía va a evolucionar a otro más plano y flexible?
Tenemos mucho tiempo por delante en el que convivirán esos modelos tradicionales, que cada vez serán menos jerarquizados y más horizontales, con esas propuestas flexibles representadas últimamente por los ALSP, pero también por boutiques legales altamente especializadas y tecnificadas.
La pregunta clave es por qué un cliente debe apostar por estos últimos en lugar de buscar el calor y la seguridad de una gran firma. El factor costes va a tener, lógicamente, una influencia decisiva. Los grandes despachos están apostando por la innovación y la tecnología para optimizar tiempos y costes.
¿Podrá compensar ese ahorro sus costes estructurales? ¿Serán capaces esas boutiques y ALSP, aun proponiendo tarifas más reducidas, generar confianza en esos clientes?
En este proceso de cambio, muchas firmas han impulsado su proceso de transformación digital ¿Cómo está viendo esta transformación?
Déjame que te hable, por no alargarme demasiado, del feedback que nos llega de despachos medianos y pequeños, incluyendo unipersonales. El nivel de concienciación es considerable, pero muchas veces lo urgente se impone a lo importante.
A estos despachos les haría mucha falta ese liderazgo que, por ejemplo, la abogacía institucional, especialmente los Colegios de Abogados, están empezando a ofrecer.
Nos lo decía recientemente la coordinadora de la sección de Gestión de Despachos del ICA Málaga: los Colegios de Abogados tienen la obligación de guiar a la abogacía en la transformación digital.
Como se ve desde Derecho Práctico el fenómeno de los ALSP en nuestro país. ¿Cómo ve el papel de estas firmas alternativas en el sector legal?
Lo vemos con muchísimo interés y como paradigma tangible de que esta profesión está cambiando de forma vertiginosa. Y de hecho estamos preparando un espacio para los ALPS en nuestra Guía Legaltech.
Quizá no sean en puridad una legaltech, en este sentido no somos demasiado ortodoxos, pero lo que sí sabemos es que estas firmas alternativas son, o deberían ser, ávidos consumidores de herramientas legaltech.
Tenemos también un debate alrededor de este fenómeno: ¿es un ALSP una firma que tiene un equipo propio de abogados, o aquella que, como Attolón, una de los últimos ALSP en llegar, cuentan con abogados de reconocido prestigio y experiencia y a medida para cada proyecto, siempre priorizando las necesidades del cliente?
En este último caso, la flexibilidad sería total y, en principio, el ahorro de costes más jugoso. Y esta fórmula, además de seguir la estela de Axiom, se antoja como una oportunidad profesional muy interesante para la abogacía. Pero nada más lejos de nuestra intención (no somos nadie para ello) señalar quién es y quién no un ALSP.
Lo fundamental es la A en ese acrónimo: ser una propuesta alternativa y dar a los clientes la posibilidad de elegir.
¿Hasta qué punto la tecnología es ahora un valor diferenciador para los despachos de abogados de cara a ser competitivo?
Muy adecuada la utilización del adverbio, ‘ahora’, porque en menos tiempo de lo creemos dejará de ser un valor diferencial. Pero en estos momentos, y cada vez en mayor medida, no sólo va a ser un valor diferencial, sino también un factor generador de confianza para los clientes, y no necesariamente sólo para los clientes millennials.
Es decir, estoy totalmente convencido de que la industria legaltech y las herramientas que ofrece actualmente ayudan a captar y fidelizar clientes. Los buscadores de abogados como LexGoApp son muy útiles para aquellos despachos que no tienen presupuesto para diseñar costosas campañas comerciales.
Los softwares de gestión del despacho tienen funcionalidades del tipo Portal del Cliente a través de la cual ese cliente puede ver en tiempo real la información que el abogado le permita ver acerca de su asunto.
La firma electrónica no solo ahorra tiempo y es más sostenible, sino que proporciona a las partes una experiencia realmente positiva, con una seguridad garantizada en la operación en la inmensa mayoría de casos. Y podríamos seguir con más ejemplos.
Recientemente se han producido movimientos en las firmas como la integración de DaLawyers en Andersen ¿Cree que el escenario va a un sector legal más concentrado?
La concentración parece un fenómeno imparable, sin duda. Y no sólo en esta parte de arriba de la tabla, como el ejemplo de Andersen con DA Lawyers, sino también en la parte de abajo, esos despachos medianos y pequeños que, si bien no llevan a cabo integraciones llamativas y mediáticas, tienen a su alcance dentro del ecosistema legaltech a propuestas como Lawyou y UNAES, a través de las cuales, conservando mucha independencia, pueden actuar bajo el paraguas de una organización que asume esas tareas paralegales, como la captación de clientes y la administración, para que el jurista se centre en lo netamente jurídico.
Y tirando de ese hilo, ¿por qué no LexGoApp puede acabar convirtiéndose en un futuro en una firma legal? La marca es muy fresca y positiva, tiene en su plataforma a muchos y excelentes abogados, ha sido capaz de atraer a miles de clientes, y está atesorando un know how de conocimiento jurídico realmente valioso que se inicia con las consultas de esos clientes. Pues eso, ¿por qué no?
Por @LuisjaSanchez, Periodista Jurídico