Organizaciones como la OMS y la OIT advierten que, sin planificación, organización, asistencia en salud y seguridad adecuados, el teletrabajo puede tener repercusiones importantes en la salud física y psicológica y el bienestar social de los trabajadores.
Han pasado ya dos años desde que el virus de la COVID-19 fue descubierto en Wuhan (China). A nivel empresarial, la COVID-19 ha supuesto un avance acelerado hacia el teletrabajo.
En los primeros meses de la pandemia, se trató casi de un salto sin paracaídas, un cambio obligado. Ahora, dos años después, las tendencias se han estabilizado y pueden analizarse ya con cierta perspectiva.
En este sentido, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicaba un informe en el que analiza el estado del teletrabajo a nivel mundial a largo plazo tras el impacto inicial de la pandemia y estudia las oportunidades y desafíos que tiene por delante esta nueva forma de trabajar.
En este contexto, la mayoría de los empleados apuesta por mantener el teletrabajo o establecer un sistema híbrido de presencialidad y trabajo en remoto a largo plazo.
El informe de la OCDE recoge también una serie de estudios llevados a cabo en varios países europeos, así como Japón, Estados Unidos y Canadá, que concluyen que tanto las empresas como los empleados apuestan por seguir teletrabajando, pero que es poco probable que este trabajo en remoto se mantenga a tiempo completo por los desafíos tecnológicos y organizativos que supone.
Además, el incremento repentino del trabajo en remoto durante los primeros meses de la pandemia ha ido suavizándose en todo el planeta y muchos negocios han optado por la vuelta a la presencialidad.
En Francia, el teletrabajo se duplicó con la pandemia, pasando del 25 al 50% entre 2019 y 2020. Las cifras son similares en otras economías muy digitalizadas, como Reino Unido, Dinamarca y Australia.
En todas ellas, el nivel de trabajo en remoto se mantuvo cercano al 50% durante 2020. El cambio no fue tan acusado en Italia (donde se llegó a un máximo del 20% de ocupados teletrabajando) ni en Brasil, donde el trabajo en remoto pasó del 5 al 10% durante la pandemia.
En el análisis sectorial también se perciben grandes diferencias. Entre los empleados del sector de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), el teletrabajo, que ya estaba muy implantado, alcanzó el 70% durante 2020.
Los porcentajes también son altos entre las profesiones técnicas y científicas y en el sector educativo. Sin embargo, entre los trabajadores médicos, los del transporte y almacenaje de mercancías y la hostelería, el teletrabajo apenas alcanzó un 15% en su pico más alto.
De acuerdo con el informe de la OCDE, los beneficios del teletrabajo son el aumento de la productividad, la mejora de la conciliación y la reducción de la huella de carbono de las empresas.
Aun así, la organización mundial admite que falta mucha investigación para poder asegurar que estos beneficios pueden lograrse por igual en todos los sectores y países.
Situación en España
A pesar de que la variante ómicron ha devuelto a muchos trabajadores a sus hogares, en España hace mucho que el teletrabajo perdió sus cotas más altas.
El último informe sobre el teletrabajo del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI) del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital manifiesta que, del porcentaje de españoles que trabajan habitualmente, el retorno al trabajo presencial se consolidó en el tercer trimestre de 2021.
En concreto, el porcentaje de ocupados que trabajaban desde su propio domicilio, más de la mitad de los días, era del 8%, frente al 9,4% del segundo trimestre de 2021 y del 11,2% del primero.
En perspectiva, la cifra actual es la más baja desde que se inició el confinamiento, que llegó a estar en el 16,2% en el segundo trimestre de 2020.
Eso sí, a pesar del descenso, hoy el teletrabajo sigue siendo casi el doble del registrado antes de la pandemia, que era del 4,8% en diciembre de 2019.
Sin embargo, también hay algunos perfiles profesionales donde las oportunidades de teletrabajo seguirán reinando durante este año.
Una encuesta reciente de FlexJobs, ha ordenado de mayor a menor crecimiento, los perfiles laborales que ofrecen más opciones de trabajo a distancia, como acuerdos de trabajo 100% remoto e híbrido y tienen la mayor tasa de crecimiento de empleo proyectada entre 2020-2030.
Programadores, estadísticos, editores de vídeo, científicos de datos o analistas de ciberseguridad son algunos de los empleos que se prometen que seguirán creciendo en torno al teletrabajo.
Cuidar la salud del teletrabajador
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) instan a adoptar medidas para proteger la salud de los trabajadores que realizan trabajo remoto.
Un nuevo informe técnico sobre el teletrabajo saludable y seguro publicado por los dos organismos de las Naciones Unidas, expone los beneficios y los riesgos del teletrabajo para la salud y los cambios necesarios para adaptarse al cambio, hacia diferentes formas de trabajo a distancia, debido a la pandemia de COVID-19 y la transformación digital del trabajo.
Entre los beneficios, señala el informe, cabe citar la mejora del equilibrio entre la vida laboral y la personal, la posibilidad de un horario flexible y de realizar actividad física, la reducción del tráfico de vehículos y del tiempo en desplazamientos y la disminución de la contaminación atmosférica, todo lo cual puede mejorar la salud física y mental y el bienestar social.
El teletrabajo también puede suponer un aumento de la productividad y una reducción de los costos operativos para muchas empresas.
Sin embargo, el estudio advierte que, sin planificación, organización y asistencia en salud y seguridad adecuados, el teletrabajo puede tener repercusiones importantes en la salud física y psicológica y el bienestar social de los trabajadores.
Puede derivar en aislamiento, agotamiento, depresión, violencia doméstica, lesiones musculoesqueléticas y de otro tipo, fatiga ocular, aumento del consumo de tabaco y alcohol, exceso de tiempo sentados ante una pantalla, y causan un aumento nocivo de peso.
Ambas organizaciones señalan el papel que deberían desempeñar los gobiernos, los empleadores y los trabajadores, así como los servicios de salud laboral para promover y proteger la salud y seguridad de quienes trabajan a distancia.
“La pandemia ha dado lugar al surgimiento del teletrabajo y ha cambiado efectivamente la naturaleza del trabajo de muchos trabajadores prácticamente de la noche a la mañana”, dijo la Dra. Maria Neira, Directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud, de la OMS”.
En los casi dos años transcurridos desde el inicio de la pandemia, ha quedado muy claro que el teletrabajo puede aportar fácilmente beneficios para la salud, pero también puede tener un efecto nefasto.
“Hacia qué lado se incline la balanza depende totalmente de que los gobiernos, los empleadores y los trabajadores trabajen juntos y de que haya servicios de salud laboral ágiles e imaginativos, a fin de poner en marcha políticas y prácticas que beneficien tanto a los trabajadores como al trabajo.”, explica esta experta.
Por @LuisjaSanchez, Periodista Jurídico