La protección jurídica, adoptar medidas para proteger la confidencialidad o la utilización del blockchain y la inteligencia artificial, claves para alcanzar el éxito.
La Asociación Española de Fintech e Insurtech (AEFI) y el despacho de abogados Pinsent Masons han elaborado una guía práctica para ayudar a las start-ups a proteger sus proyectos, en sus diferentes fases de implantación.
Esta guía intenta definir las guidelines que deben tener en cuenta y aborda cuestiones dirigidas a identificar los principales activos, materiales o inmateriales, que una start-up debe proteger. Su publicación viene motivada por la necesidad que tienen las pequeñas e innovadoras empresas, que desarrollan modelos disruptivos, de protegerse frente a fuertes y grandes actores del mercado.
La Asociación de Fintech e Insurtech de España, que nació con la misión de crear un entorno favorable para el desarrollo de Startups y empresas Fintech e Insurtech en España, representa a las Fintech mediante grupos verticales liderados por coordinadores especializados.
Esta entidad trata de colaborar, innovar y situar a España como un foco pionero de FinTech e InsurTech; construir puentes en el ecosistema FinTech español, promocionando la interacción entre los principales players del mercado. En la actualidad, AEFI cuenta con 126 empresas asociadas y 28 alianzas internacionales
La mala praxis, el plagio de una idea o la apropiación indebida de un proyecto son acciones que han sufrido muchas start-ups y que han propiciado el recelo en la creación de sinergias en la industria, absolutamente necesarias para la creación de negocio, empleo y atracción de inversión y talento.
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Al mismo tiempo, Paloma Bru, del departamento de TMT de Pinsent Masons, comenta que “las Fintech son los motores del desarrollo empresarial y la sociedad y por esa razón es de suma importancia protegerlas”. Por este motivo, “hay ciertas medidas genéricas que hay que considerar cómo guía inicial a la hora de abordar un nuevo proyecto”.
En primer lugar, la guía especifica los diferentes tipos de proyectos o activos y qué protección jurídica se puede aplicar a los componentes de los proyectos
. Entre los tipos de proyectos se incluyen las obras artísticas, literarias o científicas, y los derechos de propiedad intelectual (también llamados «derechos de autor») desde su propia creación; los programas informáticos o software, de los cuales se tienen derechos de propiedad intelectual desde el momento de su creación
Otra cuestión es recomendar su inscripción en el Registro de la Propiedad Intelectual; las bases de datos que supongan creación intelectual y/o una inversión sustancial de dinero, tiempo, esfuerzo o energía; las marcas y los nombres comerciales; así como las patentes, los modelos de utilidad y los diseños industriales, derechos de propiedad industrial que deberán ser registrados para su protección frente a terceros; los dominios web; y el know how y los secretos empresariales al hilo de la reciente legislación al respecto.
Consejos jurídicos preventivos
Además, esta guía analiza algunos aspectos fundamentales que todo emprendedor debería tener en cuenta a la hora de desarrollar una idea innovadora o poner en marcha una start-up.
En primer lugar, es esencial proteger jurídicamente el nuevo proyecto empresarial y sus distintos componentes.
Otra cuestión importante es lograr que la piedra angular de toda start-up debe ser la suscripción de acuerdos de confidencialidad o NDA (por sus siglas en inglés), con el objeto de garantizar los elementos básicos del proyecto empresarial novedoso a la hora de participar en una incubadora, evento o foro o de alguna otra forma compartir la información con terceros. Adicionalmente, se debe prestar especial atención a las bases aplicables a las convocatorias, eventos y foros en los que se participa.
Al mismo tiempo los promotores de esta Guía señalan que la utilización de tecnologías disruptivas, como la blockchain o la inteligencia artificial, puede ser un mecanismo muy efectivo para proteger los elementos de un proyecto empresarial y se recomienda que estas tecnologías se implementen como un método complementario, pero nunca sustitutorio de lo que ofrece la ley y los organismos pertinentes.
También recomiendan que si se pretende dar licencia de uso a terceros, se recomienda delimitar con claridad las condiciones de esa licencia: qué, cómo y hasta cuándo tiene vigencia.
Por último, sea cual sea la clase de proyecto y los elementos que lo compongan, se recomienda consultar con un abogado especialista, ya que estos pueden ahorrar costes de todo tipo y evitar una multitud de problemas en el futuro. Recuerda que en LexGoApp tienes muchos abogados expertos en este tipo de cuestiones
Por @LuisjaSanchez, Periodista Jurídico
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