Abogados y startups, una relación estable basada en la confianza
La relación entre Economía y Derecho es más intensa de lo que muchos expertos piensan. En un entorno global como el que ahora vivimos, es fundamental que el marco normativo ayude a generar negocio y no coarte la actividad económica.
Un país como el nuestro, tiene un entramado normativo prolijo y extenso. Directivas comunitarias que se implantan, normas estatales que a veces chocan con las autonómicas y también las ordenanzas municipales. Todo un puzzle donde el empresario hace auténticos equilibrios para entender todo esto.
El momento actual, donde se ha despertado la fiebre por emprender y poner en marcha negocios no debe dejar de pasar desapercibido para el legislador. La normativa de apoyo a emprendedores y su internacionalización aprobada por Ley 24/2013 es un paso importante en la dinamización del tejido empresarial pero no es suficiente.
Emprender y poner en marcha empresas de alto valor tecnológico, conocidas en el mercado como startups, no es sencillo. No basta con tener la idea y contar con el apoyo de un grupo inversor que respalde el proyecto. También se requiere un partner legal, un apoyo jurídico que ayude a que esa idea crezca sin problemas de ningún tipo.
El movimiento de startups en nuestro país se ha consolidado en los últimos cinco años. En el último Salón Mi Empresa que tuvo lugar hace unos días en la capital de España, expertos como Carlos Blanco, socio director y confundador de Encomenda VC y fundador de Nuclio y Conector, Marc Badosa, socio fundador de SeedRocket 4Founders Capital y Sergio Pérez, director de BStartup Venture del Banco de Sabadell, analizaron la situación de este movimiento.
A juicio de estos expertos, ya el problema de la financiación no es el primero que hay, ni tan siquiera en los estados iniciales. Para Blanco “Hay más dinero que proyectos”. De hecho algún estudio consultado señala que solo el 13 por cien de los emprendedores ven en la falta de financiación el gran problema de poner en marcha ese negocio. Lo que realmente subyace es que faltan empresas que compren ese tipo de proyectos.
En todo este escenario es muy conveniente tener el asesoramiento de abogados expertos en la materia. Sí, de abogados. Quién lo iba a decir. Pero es así. No hay despacho de cierta reputación que no cuente en su portfolio de servicios con este asesoramiento a empresas que están arrancando, de escasa consistencia. El mundo de la startup y su relación con el entorno normativo no es sencilla. El abogado es el puente entre estas dos realidades.
Cualquier despacho de abogados que se convierta en asesor de esa startup debe cubrir parcelas claves del derecho mercantil, propiedad intelectual, tecnologías de la información y la comunicación. Tampoco se puede olvidar el área fiscal, laboral y financiero , claves para el desarrollo de aquel negocio.
Al final de lo que se trata es de una involucración plena con este tipo de empresas ofreciendo un asesoramiento a medida en toda la expansión de la startup. El propio asesoramiento legal se complica desde sus fases más sencillas de constitución de sociedades y pactos de socios hasta que la propia entidad puede integrarse en otra sociedad más grande o venderse a un tercero. Por el camino, también habrá abogados tanto en el cierre de las diferentes rondas de financiación, como en el crecimiento de la startup posterior.
Realmente la relación entre abogado y startup ha venido para quedarse en el tiempo. Es una relación de confianza y pedagógica, en muchos casos, porque el letrado tendrá que ser paciente y explicar de forma sencilla, no exenta de rigor el panorama legal que rodea a ese negocio. Si no se cumplen las leyes hay riesgos fiscales, de privacidad o incluso ahora de cumplimiento normativo que pueden generar problemas a la startup.
Mejor hacer siempre caso a tu abogado y tener cerca a LexGoApp, de cara a elegir a aquel profesional que necesites en cada momento.