Los tiempos cambian y a la abogacía no le queda más remedio que adaptarse al nuevo entorno global y digital que se avecina.
Atrás quedó la época en la que el letrado tenía una placa en la puerta y sus clientes aparecían sin demasiado esfuerzo buscando un consejo jurídico que al final no acababan de entender.
Ahora, hay miles de abogados en cualquier punto del país. Y para poder diferenciarte de ellos debes ser bueno como profesional, habilidoso en tu trato con los clientes y manejar una tecnología que te ayude a ser más eficiente en tu trabajo diario.
Estamos en pleno cambio tecnológico: los expertos hablan de transformación digital que supone, ni más ni menos, el paso de un modelo de despacho tradicional a otro más profesionalizado donde muchas gestiones podrán automatizarse gracias al uso de CRM y otras herramientas de gestión.
La transformación digital, como muchas cosas en esta vida, es un camino de ida, sin retorno, en el que hay más ventajas que inconvenientes si sabes adaptarte a este nuevo contexto. Lo importante siempre está en adaptar la tecnología que necesitas a tu propio despacho. Bien implementada las distancias entre firmas grandes y pequeñas se reducen.
En los despachos, aparece con fuerza la figura del responsable de tecnología. En algunas firmas ya tiene un peso específico importante. Se trata de un profesional con formación tecnológica y gestión de empresas que se encargará de darle una vuelta a tu bufete y colocarlo cerca de la innovación. Porque apostar por la transformación digital es ser innovador, no se te olvide.
Con la transformación digital se pretende sobre todo encontrar un modelo eficaz de despacho donde se ahorren costes y tiempos y, especialmente que el propio cliente vea el valor que se le aporta desde esta nueva perspectiva. La tecnología rompe barreras y ayudará al cliente a estar mejor informado de sus asuntos y mejorará la relación con su abogado.
Apostar por la tecnología, es sin duda, un ejercicio de transparencia que el despacho realiza. La relación entre empresa y bufete no es sencilla. ¿Cómo regular la comunicación entre ambos elementos? Es una pregunta compleja a la hora de responder.
Pero es evidente que parte del buen servicio que das como abogado a tu cliente tiene que ver con tu disponibilidad y capacidad de respuesta. Sé proactivo y tu cliente lo agradecerá. Eso sí, aprovecha la oportunidad para marcar los tiempos y explicarle a tu cliente que tu también descansas y que salvo cuestiones urgentes, tenemos nuestra vida personal.
Diseña tu estrategia y crece
La apuesta tecnológica de cualquier despacho, no lo olvides, conlleva de forma paralela, diseñar una estrategia de seguridad integral para tu firma. Recuerda que los Papeles de Panamá hicieron daño a la reputación de una firma. Se trata de que esa estrategia tecnológica contemple los riesgos del bufete y establecer frente a ellos protocolos de actuación ante cualquier ataque o incidente que pueda surgir.
En un entorno en el que muchos de los trámites con la administración son digitales, tu relación con tu banco de confianza es online y muchas de tus relaciones personales las solventas con el uso del mensaje o Whatsapp de tu Smartphone, parece razonable que tu despacho se tecnifique para dar mejor servicio.
Lo importante es que creas en ello y definas la estrategia adecuada para su desarrollo. A partir de ahí se abrirá un debate interno en tu firma de cara a adaptar la forma de trabajo al entorno tecnológico. Es fundamental que la tecnología ayude a tu quehacer diario, si observas algo diferente, o no acaba de adaptarse al despacho es que algo estás haciendo mal.
Abogado, súbete al tren de la transformación digital y benefíciate de sus indudables ventajas. Cuando hayas asimilado esos nuevos conceptos y entendido lo que supone la tecnología, estoy convencido que tu despacho irá mejor.
@LuisjaSánchez
Periodista Jurídico y Emprendedor digital