La mirada de los inversores está fija en las compañías que tienen una estrategia de negocio con criterios ESG. No es una moda, es una realidad que muestra un cambio en la conducta de los inversores.
Las siglas ESG, que responden en inglés, a las palabras Environmental, Social y Governance, en la práctica, hacen referencia a los factores que convierten a una compañía en sostenible a través de su compromiso social, ambiental y de buen gobierno, sin descuidar nunca los aspectos financieros.
En este contexto, despachos como Garrigues, Cuatrecasas, Uría Menéndez , entre otros, han creado equipos de trabajo relacionados con ESG para asesorar a sus clientes en esta forma de hacer negocio.
La forma de trabajar es muy transversal. El ejemplo lo tenemos en Dla Piper que en España ha creado un equipo estructurado, integrado por especialistas en temas societarios, regulatorios, laborales, financieros y de gobierno corporativo, entre otros, que permiten asesorar a los clientes de forma transversal.
El equipo trabaja con clientes tanto españoles como internacionales establecidos en España que se benefician de nuestro conocimiento del mercado local combinado con una extensa red de oficinas integradas en la práctica global de ESG.
El origen de este acrónimo se remonta a los inicios de la década de los 2000 y ha sido el resultado de la evolución de lo que se conocía como Inversión Socialmente Responsable (ISR). Pero va más allá de lo que conocíamos como ISR, ya que tiene un enfoque holístico de todos los procesos de una compañía, permitiendo ver el alcance del impacto que trasciende al negocio.
Acertar en la identificación, gestión y medición de los criterios ESG dentro de una empresa tiene repercusiones directas en su capacidad para recibir inversión, en su reputación y, por extensión, en la sostenibilidad del negocio.
Los criterios ESG abarcan los siguientes aspectos:
El factor ambiental (E), para tomar decisiones en función de cómo afectan las actividades de las empresas en el medio ambiente.
El factor social (S), para tener en cuenta la repercusión que tienen en la comunidad las actividades desempeñadas por la compañía, por ejemplo, en términos de diversidad, derechos humanos o cuidados sanitarios.
Y el factor de gobierno (G), que estudia el impacto que tienen los propios accionistas y la administración, y se basa en cuestiones como la estructura de los consejos de administración, los derechos de los accionistas o la transparencia, entre otros.
Empresa familiar y criterios ESG
A nivel de implementación, la empresa familiar también se está adaptando a esta nueva corriente inversora.
Para los expertos, la integración de los criterios ESG en la empresa familiar ya no es una opción sino una necesidad para asegurar su viabilidad futura.
Conocer el alcance de estos criterios así como la regulación que se está aprobando en torno a ellos puede ser esencial para la gestión de las compañías y la estrategia empresarial a seguir en los próximos años.
En los últimos años se han convertido en la referencia de la inversión socialmente responsable (ISR). A día de hoy el cumplimiento de los criterios ESG en la financiación corporativa o de inversiones y proyectos puede ser un factor importante para el acceso a ciertos mercados financieros.
Para entender y poder definir los criterios ESG hay que tener presente la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.
Éstos fueron adoptados a nivel internacional en 2015 con la finalidad de poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad para 2030. Los ODS son 17, están integrados, y pretenden equilibrar el desarrollo económico con el desarrollo social y la sostenibilidad ambiental.
El objetivo de estas iniciativas es que permeen en todos los estratos sociales, políticos, económicos y geográficos. La UE está siendo, como es habitual, pionera en la integración de estas iniciativas en el acervo legislativo comunitario. A veces a través de Estrategias y Planes sin rango normativo, pero también a través de Reglamentos y Directivas, que sí son de aplicación.
Así, cabe destacar el Pacto Verde Europeo o Green Deal, que es la respuesta de la UE a los desafíos del clima y el medio ambiente. Fue aprobado en diciembre de 2019 y es parte integrante de la estrategia de la Comisión para aplicar la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Los criterios ESG renuevan y actualizan el concepto tradicional de la RSC (Responsabilidad Social Corporativa) alrededor de estos tres ejes, medioambiental, sostenible y de gobernanza y a partir de ahí definen cuáles son las inversiones responsables y sostenibles.
- Criterios medioambientales
Los criterios medioambientales analizan la huella ambiental de las empresas, y también los esfuerzos que dedican a reducir este impacto. Son aquellas actividades empresariales que pueden tener un impacto positivo en el medio ambiente o que ayuden a la reducción de la contaminación.
Pero no solo hablamos de actividades que mitiguen los efectos ambientales negativos del negocio, sino que pueden ser actividades proactivas como, por ejemplo, la protección de la biodiversidad.
A este respecto se pueden citar el cambio climático y la reducción de emisiones, la eficiencia energética o la economía circular entre otros.
- Criterios de sostenibilidad
Para los profesionales que trabajan en estos temas son los que llevan más tiempo instalados en la cultura empresarial, pero especialmente en los últimos años ha aumentado mucho en la sociedad (y por lo tanto en las empresas) la sensibilidad en relación a este tipo de factores.
Son, en este caso, los que reflejan los valores corporativos que tiene la compañía, y muestran el vínculo de la empresa con la comunidad. En este apartado encontramos todas las acciones que una compañía puede hacer relacionadas con las condiciones laborales de los empleados y respecto a los derechos humanos.
Se puede citar los relacionados con la satisfacción del cliente, el apoyo a colectivos vulnerables y ayudas sociales y los derechos humanos, entre otros.
- Criterios de gobernanza
Estos principios revelan cómo funcionan los mecanismos de gobernanza de una empresa. Qué procedimientos de decisión tienen las compañías, cómo es su estructura organizativa o cuál es el funcionamiento de los mecanismos de control, entre otras cuestiones. Al mismo tiempo, evalúan las responsabilidades de la dirección ejecutiva o los derechos de los accionistas.
Desde este punto de vista hay que señalar como cuestiones a considerar, el sistema de gobierno corporativo, las remuneraciones o la cadena de suministro responsable por citar algunos elementos.
Los criterios de gobierno corporativo ayudan a mejorar la transparencia de las empresas en relación con su modelo de gestión y de control interno. Es importante que las compañías transiten hacia una mayor calidad de la gestión ESG, que potencie la transparencia y las conductas éticas. Porque, sin una postura clara sobre estos factores, no se puede defender su compromiso con la sostenibilidad.
Todo parece indicar que el nicho de negocio que abre los criterios ESG va a ser otro escenario donde los bufetes compitan por ayudar a las empresas de todo tipo a ser sostenibles.
Las empresas que ignoren los efectos de sus prácticas o de su gobernanza en el entorno o en la sociedad estarán en desventaja con las compañías que sí se hayan adaptado. Aquellas que no sepan integrar correctamente estos factores ESG corren el riesgo de perder posiciones en el mercado.
Por @LuisjaSanchez, Periodista Jurídico