Por Javier Escolano, periodista
El año 2021 arrojó un total de 9.748 deudores concursados, un 12 % más que en 2020, que finalizó con un total de 8.662 declaraciones de concurso.
Estos datos provienen de la agrupación de las estadísticas del INE (serie histórica hasta el 2020) y las del Colegio de Registradores.
La incógnita es, cuántas empresas y personas físicas con actividad empresarial entrarán en concurso a partir del 1 de julio, una vez concluida la moratoria concursal.
La moratoria para declarar concurso de acreedores, que está vigente en España desde el 14 de marzo de 2020 y que ha sido prorrogada en varias ocasiones, ha vuelto a ser prorrogada.
El plazo, que terminaba el 31 de diciembre, se alarga ahora hasta el 30 de junio de 2022.
Las empresas con problemas de insolvencia tienen un nuevo plazo de tiempo para solucionarlos antes de declarar el concurso de acreedores, aunque, las empresas inviables deben declarar el concurso de todas formas si no quieren incurrir en responsabilidades sus administradores.
La moratoria está pensada para dar más tiempo a las empresas viables para que puedan encontrar liquidez y negociar o renegociar su deuda antes de tener que declararse en concurso.
Teniendo en cuenta de que 9.572 ya se han declarado en concurso desde el segundo trimestre de 2020, a lo mejor la avalancha prevista no alcanza las proporciones esperadas.
Sobre esta cuestión muchos expertos no se ponen de acuerdo.
El presidente de la Asociación Profesional de Administradores Concursales ‘Sainz de Andino’(APACSA), Jesús Borjabad, considera que “una vez que el próximo mes de junio finalice la moratoria autorizada por el Gobierno para que las empresas en situación de insolvencia no estén obligadas a presentar concurso y los acreedores tampoco puedan instarlo, los juzgados de lo mercantil van a recibir de forma permanente solicitudes de concurso”.
A este respecto ha señalado que “si con la moratoria concursal el número de procedimientos no ha dejado de crecer, el final de esta medida provocará que se multipliquen los concursos .
También apuntaba a que la preocupación que tenemos es que el aumento de casos va a ser mucho más pronunciado de lo esperado, porque se verán los verdaderos efectos de la crisis por la pandemia y el elevado número de empresas que han estado activas durante todo este tiempo con medidas de apoyo, en algunos casos artificiales.
Medidas que difieren el cierre de empresas
Desde el Consejo General de Economistas se piensa que crecerá tras la moratoria los niveles de concursalidad. También apuntan a que «el tejido empresarial español está conformado fundamentalmente de pymes, muy sensibles al incremento de los costes energéticos y los costes laborales, con apenas colchones para, no solo invertir, sino sobrevivir a las incidencias».
Ante esta situación, «puede que no sea el mejor momento para afrontar una subida de los costes laborales, vía incremento del salario mínimo interprofesional o vía cotizaciones sociales, dado que muchas de estas empresas tienen difícil su viabilidad».
En su opinión, la extensión hasta el 31 de julio de 2022 de la línea de avales del ICO para autónomos y empresas, la ampliación de la moratoria concursal, y la refinanciación de los préstamos avalados por el ICO, «tiene como consecuencia diferir el cierre de una parte importante de estas pymes, con sus efectos en la estructura económica del país, y en el número de trabajadores empleados».
Por comunidades autónomas, Cataluña representa un 24% del total de casos de concurso de acreedores y Madrid otro 23%. Son los territorios donde más concursos se declaran.
Les siguen la Comunidad Valenciana (15%) y Andalucía (9%). Por sectores, predominan las insolvencias de compañías dedicadas a servicios (52% del total), seguidas por construcción (22%) e industria manufacturera (14%).
Por su parte, Xavier Garcia Esteve, director general del despacho internacional centrado en insolvencias Pluta España, señalaba que respecto a la enésima moratoria concursal, ahora hasta el 30 de junio del 2022, este jurista cree que “se está haciendo un flaco favor al a institución concursal en el sentido amplio, incluso a la preconcursal”.
Este experto indicaba que “nos hemos pasado muchos años hablando al empresario para que sea diligente y consciente del riesgo de la insolvencia y que se tiene que detectar y actuar de forma temprana. Por eso se le penaliza si lo presenta tarde con la presunción de culpabilidad”.
Ahora, “el mensaje que se lanza con las últimas moratorias es que no pasa nada. Que puedes seguir en precariedad. Es un mensaje equívoco. Porque la moratoria no paraliza las ejecuciones de cualquier deuda, ni los desahucios. Nos encontramos en que la situación se agrava y al final se está en una situación de colapso sin presentar concurso”:
Para este experto “realmente el mensaje que habría que lanzar es que acudir al concurso y buscar la fórmula adecuada para resolver ese problema, tanto a nivel de refinanciación, reestructuración como acudir al concurso realmente. El concurso es una herramienta que tratada con los profesionales adecuados con cierto margen temporal ayuda a salvar a la empresa”.
Insolvencias controladas por el momento
Por su parte, Guillermo Prada, economista y socio de PradaGayoso, firma especializada en reestructuración empresarial, explicaba que “las estadísticas del Colegio de Registradores indican que en 2021, segundo año de la pandemia, tampoco se ha producido la hecatombe empresarial que algunos analistas pronosticaban.
El año pasado se declararon 9.748 concursos, pero conviene distinguir los concursos de empresas y personas físicas con actividad empresarial (6.134) de los concursos de particulares sin actividad empresarial (3.614).
“Si nos centramos en los concursos de empresas y personas físicas con actividad empresarial (6.134), se ha registrado un aumento de un 28% con respecto a 2019 (es preferible no establecer la comparación con los datos de 2020).”
A su juicio, “es un incremento relativamente moderado si tenemos en cuenta el terremoto económico que ha supuesto la pandemia, del que algunos sectores productivos no se han recuperado todavía”.
En el último decenio, 2021 no es el año con más concursos de empresas y personas físicas con actividad empresarial. Las cifras fueron superiores en 2012 (8.095 concursos), en 2013 (9.143 concursos) y en 2014 (6.564 concursos).
Además, el nuevo sistema de insolvencia que se está tramitando en el Congreso —y que se espera entre en vigor en el segundo trimestre del año— está más orientado hacia los planes de reestructuración que hacia los concursos de acreedores, que quedarán como una opción residual, aconsejable únicamente para la liquidación de negocios inviables”.
La morosidad podría convertirse en una de las principales consecuencias de la pandemia. A pesar del avance de la economía, las empresas siguen incrementando el riesgo de impago, y las previsiones para el 2022, que está a punto de comenzar, no son nada halagüeñas.
Según el Informe Europeo de Pagos de Intrum, en el que han participado compañías de 29 países europeos, el 47% de las organizaciones españolas identifica la solvencia de sus clientes como el principal reto al que se enfrentará este año.
Frente a esta coyuntura, están los datos de constitución de sociedades en España durante el mes de enero pasado , cuando se registró un incremento del 3,7%, con un total de 8.241 sociedades, frente a las 7.949 del año anterior, al tiempo que los concursos de acreedores crecieron un 7,6%, hasta los 326.
Los mayores volúmenes de empresas creadas durante el primer mes del año correspondieron a Madrid, con 1.720 sociedades, Cataluña (1.551) y Andalucía (1.489), que conjuntamente constituyeron seis de cada diez empresas creadas.