Alejandro Sánchez del Campo, consejero de innovación y LegalTech de Wolters Kluwer analiza el panorama actual de transformación digital de la abogacía.
Este lunes se abre el telón del 2022, primer dia de trabajo para muchos, tras un año 2021 complicado marcado por la pandemia del Covid19 y en el que los abogados han seguido muy de cerca los cambios normativos generados en esta situación de excepcionalidad que se mantiene desde marzo del 2020.
Como observador de la realidad legal y actor principal, Alejandro Sánchez del Campo @replicantelegal, en twitter, desvela que en este 2021 “como vimos al principio de la pandemia se siguen utilizando herramientas como Teams o Zoom para mantener el contacto con el clliente. La presencialidad ya no es algo obligatorio en los despachos”.
Para este experto “el sector legal ha evolucionado en estos dos años, aunque todavía hay un camino por recorrer en el desarrollo de herramientas LegalTech. No se ha visto de momento demasiada proactividad en este terreno. Todavía hay dudas del camino a seguir. Tienen que verlo claro para que afronten ese cambio tecnológico”.
De hecho, cree que el modelo híbrido parece que se impone “los despachos y empresas están abiertos a esta coexistencia entre presencialidad y virtualidad donde el teletrabajo se consolida, sin embargo no ha habido demasiados avances significativos”.
Nuestro interlocutor reconoce que “se ha avanzado en lo que había que avanzar. No quedaba más remedio. Hubo que implementar esas herramientas de un dia para otro, porque estábamos confinados. Se trataba de trabajar como fuera. Sin esa pandemia posiblemente no hubiera ocurrido de esa manera”.
Para Sánchez del Campo, uno de los abogados más vinculados a la innovación tecnológica, este año ha supuesto también un cambio profesional importante tras dejar Garrigues y el área de asesoramiento a startups donde prestaba servicio como letrado especializado.
Ahora forma parte del engranaje de Wolters Kluwer, como consejero de innovación y LegalTech de multinacional del sector legal que desarrolla aplicaciones y herramientas a medida para ayudar a los abogados en su actividad diaria, como vimos en el último Legal Management Forum que tuvo lugar en el Instituto de Empresa.
Desde esta perspectiva aventura a señalarnos nuevos hitos en el universo LegalTech donde confluirán abogados externos y asesorías de empresa, siempre trabajando en equipo por unas necesidades concretas legales.
“Es previsible que se consoliden las actividades de firma electrónica, otra derivada de teletrabajar los despachos con sus clientes. Se percibe una mayor consolidación a corto y medio plazo”.
Al mismo tiempo Del Campo cree que “todo lo concerniente con el procesamiento del lenguaje natural va a tener un avance notable. Es la parte de la Inteligencia Artificial (IA) que más impacto puede tener en el sector legal”.
A este respecto nos aclara que “se trata que las máquinas sean capaces de entender lo que están leyendo, como si fueran humanos. Todo lo que puedan hacer de procesar las normas que salen en el BOE, estableciendo referencias con otras normas, viendo si en unos modelos de contratos hay referencia a una determinada ley, y esa ley se modifica, puede modificar automáticamente”.
La tecnología irrumpe en los despachos
En este tipo de cosas este experto está convencido que la tecnología está razonablemente madura para hacerlo y se consolidará en entornos donde hay mucho volumen de documentación y contratos.
En cuanto a la aparición de herramientas tecnológicas propias en los bufetes, “aun es pronto para verlas de forma generalizada. Si algunas firmas las han puesto en marcha, pero son una minoría. Todavía hace falta un salto cualitativo en nuestro LegalTech”.
Para este experto “se trata sobre todo que despachos y asesorías de empresa se den cuenta que es un tema urgente e importante. Solo algunos se han dado cuenta que la tecnología es un elemento diferenciador para crecer y aportar valor añadido al cliente, pero el resto no ha llegado a ese punto, por diferentes motivos. En general, nos queda mucho que hacer aún”.
En cuanto a esa concienciación del papel de la tecnología, Del Campo cree que pasa porque los propios despachos impulsen áreas tecnológicas internas de calado que ayuden a sus abogados a trabajar mejor “esa área es importante. Se trata de entender que es un tema de servicio al cliente y de mejorar la relación que tenemos con ellos desde el punto de vista de la eficacia”.
En este contexto “hay que darse cuenta que no es solo implantar tecnología sino también hay que explicarle al abogado como va a impactar la tecnología en el cliente, como se va a prestar un mejor servicio y a ser una firma más innovadora. La tecnología y su implantación genera un cambio cultural en los bufetes. Es importante que los abogados entienden este cambio“.
A su juicio “es fundamental que los profesionales que configuran ese despacho entienden el cambio que se implementa en su firma legal. Los socios directores y socios del despacho y los responsables de la asesoría jurídica tienen que hacer esa labor de evangelización en relación con la tecnología. Se trata al final de ser proactivo y trabajar de otra manera en muchos casos”.
El cambio lo hicieron las empresas
Alejandro Sánchez del Campo, al igual que otros expertos que hemos entrevistado en LexGoApp tiene claro que ese cambio en la abogacía ha venido propiciado por los propios clientes de las firmas legales “El impulso del cambio ha venido de las propias empresas que han demandado un mejor servicio a los despachos y una mayor eficiencia”.
Desde su punto de vista, la presión de esos clientes corporativos ha generado que los despachos trabajen de otra forma o hayan implementado determinada tecnología para ser más eficientes, tanto a nivel interno como de cara a dichos clientes. En ese terreno la tecnología ha sido el complemento clave para responder a esas necesidades”.
Este experto nos revela que “se están produciendo cambios importantes en muchas asesorías jurídicas corporativas. La propia empresa se sofistica porque no le queda más remedio afrontar esa transformación digital, su asesoría jurídica de la compañía también tiene que ir en ese tren de la innovación.”
A su juicio, “ahora mismo hay más innovación que hace años en dichas asesorías. Hay incluso algunas asesorías jurídicas más avanzadas que cualquier despacho, donde también la implantación de la tecnología genera otro cambio cultural como el que están viviendo los bufetes”, comenta.
En un mercado español la competencia es notable y la oferta de servicios legales ha crecido de forma importante “junto a las grandes estructuras legales coexisten los abogados especializados que crearon su boutique muy especializada y las firmas alternativas, ALSP, de origen anglosajón que también trabajan de otra forma. Más por proyecto y con profesionales seniors de primer nivel”.
¿Cómo se adaptarán los bufetes a los nuevos tiempos?
La duda es saber si los despachos tradicionales van a cambiar de forma significativamente en los próximos años “es cierto que las firmas están haciéndose algún replanteamiento porque la batalla por el talento ahí está. Hay disciplinas como derecho digital, concursal o laboral donde los profesionales se cotizan al alza. Los bufetes buscan expertise para reforzar sus equipos”.
Sin embargo, considera que “en este escenario de tanta competitividad a los diez primeros despachos de nuestro país les funciona muy bien el modelo actual, si vemos sus cifras de facturación y otras variables económicas de estos bufetes. No tienen aliciente inmediato para cambiar su manera de hacer las cosas pese a la presión del cliente”.
Sobre los juicios telemáticos opina que “seguirán celebrándose. Aunque no soy un experto en procesal por lo que me han comentado abogados expertos nuestro sistema procesal es deficitario. Hay retrasos importantes en muchos aspectos, lo que define los problemas estructurales de nuestra justicia”.
“Los juicios telemáticos pueden ser una ayuda pero verdaderamente hay que hacer un esfuerzo por resolver esos problemas estructurales que comentamos. Y ahí es donde hay que poner foco. Se están haciendo cosas como la definición del expediente electrónico porque nuestra administración de justicia está realmente retrasada”, subraya este jurista.
Por @LuisjaSanchez, Periodista Jurídico