Entrevista Carlos García-León, socio director de Legal Reputation
De periodista jurídico a empresario en el mundo de la comunicación y marketing. Carlos García-León lidera Legal Reputation una de las consultoras del sector legal con mayor prestigio e influencia en estos últimos cinco años.
Desde su punto de vista “los despachos nos piden que les ayudemos a desarrollar una comunicación proactiva y eficaz que haga visible la excelencia profesional del bufete y sus abogados”.
Este experto señala que “el mundo online se ha establecido como el new normal y se ha producido en muy poco tiempo un aumento del uso de plataformas digitales de comunicación interna y externa, videoconferencias, webinars, prensa online, podcast o redes sociales, que se mantendrán más allá del fin de la pandemia.
Cinco años después de la puesta en marcha de Legal Reputation, ¿qué balance nos puede hacer de este arranque como emprendedor?
Hacemos un balance muy positivo de este primer lustro de existencia de Legal Reputation. Hemos cumplido con creces los objetivos que nos marcamos en los primeros cinco años, cuando lanzamos este proyecto colectivo, y estamos muy contentos de la respuesta y el apoyo que hemos tenido de todos nuestros stakeholders que nos empujan y animan a seguir mejorando e innovando en la prestación de nuestros servicios.
Su firma se ha posicionado como uno de los referentes a nivel de asesoría de comunicación y mk con los despachos de abogados.
¿Qué piden los bufetes en esta etapa postpandemia a nivel de mk y comunicación?
En mi opinión, el objetivo principal no ha cambiado. Los bufetes siguen necesitando construir, desarrollar y proteger su reputación, porque vivimos en la economía de la reputación, donde la buena percepción que los stakeholders tienen de un despacho, genera recomendaciones, contratación de servicios, solicitud de empleo… y estas acciones tienen una incidencia directa y positiva en la cuenta de resultados, al contrario que una mala percepción.
Por tanto, los despachos nos piden que les ayudemos a desarrollar una comunicación proactiva y eficaz que haga visible la excelencia profesional del bufete y sus abogados. Lo que ha cambiado la pandemia es que el mundo online se ha establecido como el new normal y se ha producido en muy poco tiempo un aumento del uso de plataformas digitales de comunicación interna y externa, videoconferencias, webinars, prensa online, podcast o redes sociales, que ha reforzado la importancia de estos canales a nivel de márketing y comunicación para los despachos y que se mantendrán más allá del fin de la pandemia.
¿Cómo ve la relación que existe entre los despachos y los periodistas? ¿En qué es mejorable realmente?
Es una relación muy importante y necesaria para ambas partes, que debe estar basada siempre en el respeto y la confianza mutua. Aunque se ha avanzado mucho en la profesionalización de la comunicación en el sector legal, siempre se puede y se debe mejorar.
Algo general que para mí es vital es ponernos más a menudo en los zapatos de la otra parte, tratando de entender mejor sus tiempos, necesidades, motivaciones…
¿Qué uso están haciendo los despachos de abogados de las redes sociales? ¿Podrían hacerlo mejor?
La gran mayoría de firmas de cierto tamaño y entidad es muy consciente actualmente de la importancia de estar presente de forma correcta y efectiva en determinadas redes sociales en la que se encuentran sus clientes, potenciales clientes, potenciales abogados, representantes de instituciones, periodistas… como son los casos de Twitter, Instagram y, sobre todo, LinkedIn, que se ha convertido en la red social por excelencia para el mundo profesional y de mayor penetración en la abogacía de los negocios.
¿Qué se puede mejorar? En LinkedIn, por una parte, se debe trabajar más el potencial de las interacciones, o la presencia en esta red social se quedará relegada a un escaparate estático, desaprovechando fantásticas oportunidades de llegar a nuestros grupos de interés.
Por otro lado, una asignatura pendiente de muchas firmas está en involucrar a los abogados con sus perfiles individuales, con buen contenido e interacciones, que den apoyo, credibilidad y cercanía a los perfiles corporativos.
¿Cómo ve el fenómeno de las fakenews, y cómo debe protegerse un despacho ante ellas si se ve inmerso en una de ellas?
Evidentemente es un fenómeno preocupante para todos los ciudadanos y especialmente para los que nos dedicamos a la comunicación y el periodismo.
Precisamente en 2020, ante el aumento de la desinformación, decidí leer dos libros, que recomiendo, para entender y profundizar mejor este problema: “Fake News. La verdad de las noticias falsas” de Marc Amorós y “Fake News: la nueva arma de destrucción masiva” de David Alandete.
Uno de los datos que más me sorprendió fue saber que, según un estudio de Massachusetts Institute of Technology (MIT), el 90% de los lectores de los lectores replica la información en redes sociales con sólo haber leído el titular. Es tremendo.
Creo que la lucha contra la difusión de noticias falsas debe ser una prioridad para la sociedad y Amorós apunta que la gran esperanza ante este fenómeno tiene que pasar por la educación, sobre todo en una generación de jóvenes que consume y comparte noticias, fotos y vídeos de forma más rápida e impulsiva.
Los despachos, como todas las empresas, deben prepararse antes y tener instaurados protocolos de crisis y una de las que debe estar contemplada en ese mapa de riesgos es la aparición de posibles “fake news”.
Será necesario utilizar la inteligencia corporativa y monitorizar, de manera que se puedan detectar y anticipar estos bulos antes de que se viralicen y así frenar sus efectos.
Y si lamentablemente se producen, desde el comité de crisis creado a tal efecto hay que evaluar rápidamente los pros y los contras de cada una de las acciones a emprender para atajar o minimizar el problema.
¿Qué papel está jugando la tecnología en la transformación digital de los despachos?
La tecnología es una de las piedras angulares de la transformación digital, que es fundamental en los despachos para ser más competitivos, pero no debemos olvidar que debe de ir acompañada de un importante cambio cultural.
Los bufetes llevaban años siendo conscientes de la necesaria transformación digital y muchos impulsaron medidas en esa dirección, pero ha sido la pandemia la que ha precipitado su puesta en marcha.
Hemos visto cómo las firmas que habían acometido con garantías importantes procesos en este sentido con anterioridad a esta crisis se han adaptado más rápido y mejor a esta situación excepcional, y las que no habían culminado el proceso de transformación digital, han tenido que acelerar a marchas forzadas.
¿Cómo vive el movimiento Inkietos, del que usted es forma parte, estos cambios en la abogacía y en los despachos?
En Inkietos, somos propensos al cambio desde su nacimiento. Además, a diferencia de algunos think tanks, vivimos esos cambios desde la experiencia directa al ser un grupo formado por profesionales que estamos en primera línea de la gestión y la innovación de importantes bufetes, asesorías jurídicas internas, colegios de abogados, firmas de consultoría para el sector legal…
Eso nos da una visión privilegiada de la profesión e intentamos trasmitir externamente esos conocimientos y aprendizajes para conseguir entre todos una mayor innovación y evolución de la abogacía de los negocios en España.
Además, está en nuestro ADN tener siempre la vista puesta en el futuro y en varios proyectos en los que estamos trabajando, lo tenemos bien presente.
