El entorno de los contenidos digitales, es exigente con la experiencia del usuario. Pero una experiencia debiera ser más completa, si le añadimos un mayor grado de seguridad.
La tecnología blockchain, llama mi atención por este motivo. Cadena de bloques, sería la traducción más directa. Bloques en cadena que tornan herméticos, los activos digitales que contienen.
Desde la óptica del control y la optimización, permite la construcción de un método de verificación para auditar y confirmar la autenticidad de estudios científicos, a bajo coste.
Curiosamente, esta tecnología está siendo presentada como la segunda revolución científica, permitiendo la creación de disponibilidad pública e inmutable de datos, que pueden ser vistos por muchos, evaluados y reanalizados.
Desde la perspectiva de la innovación, una característica diferencial, es que facilita la reorganización de modelos de negocio, antes centralizados.
Un ejemplo sería la plataforma educativa, https://www.tutellus.io/ que reinventa la generación y obtención de su valor y que ha basado parte de su diseño en esta tecnología.
Recientemente, han lanzado su oferta ICO y sus activos se han “tolkerizado”, para ser revalorizados, previsiblemente en tiempo real y de manera equitativa para las personas que participan de su proyecto educativo y de sus posibilidades.
Y digo innovación, porque las empresas o grupos interesados en desarrollar nuevas aplicaciones con blockchain, deben ser flexibles y tener la disponibilidad de descentralizar modelos de negocio, unidades de negocio o bien procesos clave, que también permitan trabajar con otros agentes de valor en el mercado (Partners, competidores, startups, abogados, clientes, socios etc.)
El abogado, al conocer y/o integrarse en la cadena de valor de los negocios que diseñan y operan con esta tecnología, podrán agilizar la prevención de riesgos a través de los contratos inteligentes (Smart contracts), o agilizar la evidencia de la prueba.
Desde la óptica de la abogacía, la tecnología blockchain es muy útil para agilizar la resolución de conflictos y preservar el consentimiento en un proceso debido (investigación científica, etc.). Así como verificar la identidad de quien contrata, tener constancia fiable en los avances de investigación, asegurar el depósito de resultados de un proyecto o evidenciar la autoría de una creación.
Todo lo anteriormente mencionado, facilita la tasa de resolución de casos, aportando mayor calidad y valor al cliente.
Lo curioso de sumar valor en la seguridad, es que al hermetizar activos clave, que no deban ser alterados, se permite la visualización por muchos en tiempo real o bien se preserva la privacidad debida.
Todo depende del diseño.
Cristina Villavicencio
Asesoría legal y desarrollo de negocio en el ámbito de las tecnologías.
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